23 abril 2007

Un pié en el avión...

Bueno, al final terminó. El cansador y estresante período de venta y de cobranza del primer sorteo llegó a su fin. En lo que hace a ese tema, de ahora en adelante nos tendremos que preocupar por cobrarle a todos los queridos compradores que nos abonarán la rifa mes a mes (nótese la ironía en "queridos"); pero dormimos tranquilos (algunos de nosotros VOLVEMOS a dormir), podemos salir a caminar por amor al arte, y no necesariamente para encajarle una rifa a alguien al que se lel ocurrió vivir del otro lado del barrio (o sea, lo suficientemente cerca como para que nos parezca un desperdicio gastar un boleto, pero lo suficientemente lejos como para llegar a la casa de esa persona con la lengua afuera, insultando en varios idiomas y pidiendo un vaso de agua), volvemos a pagar la tarifa ordinaria de teléfono y/o celular (que registró cifras nunca conocidos por el hombre), etc. La gente en la calle parece más buena, todo es diferente gracias al amor...

La Rifa se vendió bien, y por lo que tengo entendido, también se vendió bien la de nuestros hermanos arquitectos. Tal parece que este año (afortunadamente) había mercado para ambos. El cálculo de la cantidad de Rifas a emitir por parte de la Comisión de Factibilidad fué acertado; de este punto quizás sólo se podría criticar un poco la falta de disponibilidad, pero el número en sí fue correcto. Alcanzó y sobró.

Sobre la publicidad hay opiniones encontradas: por la negativa, algunos piensan que ya era mala desde el principio, otros que no fue lo que se esperaba. Por la positiva, hay quienes recibieron buenas críticas por parte de los compradores (y esto quizás es lo más importante).

Pero todo esto pertenece al pasado, y si bien deberíamos realizar una revisión crítica del período de venta, lo cierto es que llegó a su fin. A partir de ahora, nuestro Grupo entra en una nueva etapa.

A partir de ahora comienza la parte más linda del Grupo de Viaje, la sección deportes del diario, el día que falta el jefe, el membrillo de los bizcochos, el tuco de los tallarines (caramba, ya me dió hambre...), etc. Y ahora, me parece, los objetivos nuestros deben ser dos: por un lado, integrarnos más como compañeros de viaje (algo que no es tan fácil como parece), por otro, empezar a pensar en como reducir los costos fijos del viaje. Ya hay un par de ideas en la vuelta, y de concretarse, próximamente las conocerán.

Nada más, solo desearles a todos muy buena cobranza, y a prepararse para lo que viene!!!

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